Hace tiempo que intento tener una visión holística de mi salud para lograr un equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu. Por eso ahora que estoy en mi tercer embarazo intento seguir aplicando este prisma holístico; no centrarme sólo en el embarazo físico y el proceso de gestación en sí, sino también lo que ocurre con mi mente y mi espíritu.
“El embarazo es uno de los momentos de autocrecimiento personal más potentes, en que las mujeres pueden practicar esta consciencia y conectar consigo mismas desde un lugar único y profundo”
El embarazo y el parto son algo más que acontecimientos puramente físicos. Se debe dar más importancia a lo que la mujer está sintiendo y cómo le afectan estos cambios. Las creencias, el bienestar emocional y la espiritualidad desempeñan un papel fundamental durante el embarazo, por lo que es necesario considerarlos y darles la importancia que se merecen.
Es un momento que brinda la naturaleza a las mujeres para escuchar el cuerpo, frenar el ritmo de vida y conocerse mejor. Se trata de un momento único donde conviven sentimientos encontrados: alegría, temor, felicidad, dudas, miedos…los niveles de progesterona y estrógenos se duplican, así que la parte racional de la personalidad disminuye y aumenta tu lado más emocional, te vuelves más sensible y perceptiva.
Por ese motivo es importante disponer de herramientas que te ayuden a sobrellevar todos estos cambios. En mi caso, la herramienta más valiosa que llevo aplicando a todos mis embarazos ha sido mi práctica de yoga.
“El yoga te permite vivir un embarazo más consciente, un contacto con el lado femenino de la mujer que no deben relegarse a nueve meses de espera y a simples pruebas físicas”
Hace 5 años durante mi primer embarazo, sentía que mi cuerpo y mi mente me pedían adaptar mi práctica de Vinyasa Yoga y decidí formarme como profesora de yoga prenatal. Disfruto especialmente de mis prácticas de yoga durante el embarazo porque me gusta fluir y conectar con las sensaciones de mi cuerpo. Es una práctica más intuitiva y más yin, sin poner tanta atención en la alineación de las asanas (posturas) o en las secuencias. La respiración o pranayama adquiere un papel aún más esencial.
“La práctica de yoga prenatal es un momento de introspección en que conecto con mi bebé y fluimos juntos”
Los beneficios de practicar yoga durante el embarazo son muchísimos: a nivel físico nos ayuda a ganar resistencia (muy necesaria para soportar el peso del útero y durante el parto), fortalecer los músculos del suelo pélvico, mejorar el equilibrio, aliviar cualquier dolencia típica del embarazo (ciática, dolor de espalda, retención de líquidos…) y favorecer una mejor recuperación durante el post parto.
Pero no menos increíbles son sus efectos sobre el sistema nervioso y su capacidad de relajación. A través de la práctica regular de yoga prenatal podemos reducir la ansiedad, calmar el sistema nervioso, mejorar trastornos de sueño y reforzar el sistema inmunológico. También es un momento de conexión único con nuestro bebé.
“El yoga prenatal es una actividad que sirve para centrar toda la atención en lo que ocurre en nuestro cuerpo, lo cual beneficia la conexión madre e hijo durante el embarazo”
El cuerpo humano tiende hacia el orden, y cuando se le da la más mínima posibilidad, conduce su fisiología hacia el equilibrio. En este sentido, el yoga durante el embarazo nos conduce al despertar sensorial y a la toma de consciencia, un viaje fantástico que la mujer embarazada recorre acompañada de su bebé.
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